Menos de un 10% del aporte energético total debe proceder de las grasas saturadas. Algunas personas (por ejemplo, aquellos con colesterol LDL ≥ 100 mg/dl) pueden beneficiarse de la reducción del consumo de grasas saturadas de menos de un 7% del aporte energético.
Ten siempre en cuenta que las grasas saturadas son las grasas que incrementan los valores de colesterol en tu sangre. Por lo tanto, debes evitar comer grasas saturadas y grasas trans.
Las grasas monoinsaturadas y poliinsaturadas, incluidos los Omega 3, son grasas saludables que pueden reducir considerablemente el riesgo de desarrollar enfermedades cardíacas.
A modo de referencia, estos son algunos alimentos de cada categoría de grasa:
- Alimentos ricos en grasas saturadas: mantequilla, aceite de coco, manteca de cerdo, nata, crema dulce, queso.
- Alimentos ricos en grasas monoinsaturadas: aceitunas y aceite de oliva, aguacates y aceite de aguacate, macadamias y aceite de macadamia, almendras, nueces, maní.
- Alimentos ricos en grasas poliinsaturadas: pescado graso (salmón, caballa, arenque, sardinas, anchoas), huevos, semillas de chía, semillas de linaza, semillas de cáñamo, nueces.